Por Ricardo Enríquez Duarte
¿Qué hacer para destacar en un mundo lleno de seguidores?
Si quieres sobresalir en el ambiente laboral, en la sociedad o en cualquier lugar, tienes que diferenciarte de los demás. Hay personas que no tienen ni idea de cómo lo hacen, simplemente su personalidad o físico son diferentes del promedio. Para bien o para mal. Se trata de encontrar aquello que te hace único para abrazarlo. Estos consejos te pueden ayudar.
Si lo que quieres es diferenciarte y posicionar algunas propiedades tuyas o de tu marca, necesitas saber perfectamente qué atributos te hacen único y si realmente son interesantes. La manera en la que nos percibimos o como lo hace nuestra madre no es la misma manera en la que nos percibe la sociedad. Obviamente.
Si algo te apasiona, te gusta, lo disfrutas, te sientes bien al usarlo o decirlo, es positivo, conecta con otros y como valor agregado, es admirado, EXPLÓTALO. Ese es tu diferenciador. A la gente de alguna u otra forma le gusta, lo siguen, te siguen.
La mayoría de las personas sigue estereotipos para pertenecer, sentirse cómodos con los demás y seguros de sí mismos. Eso lo sabemos todos. Sin embargo, para sobresalir no hay que ser un seguidor. Hay que saber quién eres y posicionar tu mayor fortaleza, como lo hacen las grandes marcas.
Se construye. Se cultiva. Se cuida.
Recuerdo a una persona que trabajó conmigo. Era muy positiva, sonriente, platicadora, halagadora con todos sus compañeros de la empresa. La gente la a-m-a-b-a. Lo interesante es que también era muy buena en su trabajo y además de quererla, la gente la respetaba. Los empleados cumplían con todos los entregables, ya que ella manejaba una posición donde el 90% de la gente tenía que enviarle información periódicamente. Es un diferenciador simple, el ser alegre y actuar con mucho entusiasmo, pero efectivo.
Recuerdo a otra persona, quien creó su propia marca y lograba sus objetivos. La gente siempre hablaba de él. Lo tenían en su mente para cualquier proyecto, lo proponían para ser el líder informal de iniciativas, actividades, etc. La gente creía en él. Tenía una forma peculiar de comunicarse con los demás, para mí un tanto actuado, debo admitir, pero para la gente era lo máximo.
Su forma de vestir era muy específica y para hacerse notar en todo el piso de aquel edificio, siempre corría de extremo a extremo gritando que tenía muchísimas juntas por eso andaba como «loco» corriendo. Divertido, sin embargo, la gente en conversaciones decía: «El gran Pedro (por omitir su verdadero nombre), tiene mucho trabajo, pobre, siempre anda corriendo, la empresa debería promoverlo… (risas)». Tanto su jefe directo, como el CEO «pensaban lo mismo». No cuestionaré más el por qué la mayoría de las personas compraron a esta persona, sin embargo, siempre lograba su cometido. Le iba bien. No estoy diciendo que esta sea la mejor forma de posicionarse, pero resalto este ejemplo para mostrar que cualquier persona puede utilizar alguna característica y posicionarla.
En conclusión: hay personas que son muy talentosas y no requieren una estrategia de diferenciación. Su diferenciador natural es su nivel de resultados, su capacidad para solucionar problemas y su habilidad para relacionarse con los demás. Otros, en cambio, usan su talento y adicionalmente, un diferenciador específico que desarrollan al máximo.
Mi consejo es: posiciónate de tal forma que tus resultados y relaciones sean indiscutibles, que no haya quién los cuestione, y, además, posiciona algún atributo que te guste de tal modo que más allá de ser respetado, seas admirado por el dominio tan alto de ese tema o actividad específica. Cuando alguien sobresale, su éxito se multiplica. Es una bola de nieve de logros y credibilidad. La clave está en no perderse, no «marearse» como se dice, no ser arrogante y perder el piso. Al contrario, cada logro se convierte en un reto más para ti mismo. Hay que saber cómo manejarse y seguir aprendiendo – siempre, para llegar más alto.