miércoles, septiembre 4, 2024
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Víctimas invisibles de la violencia

En junio la fiscalía reportó que en el país hubo 42 feminicidios, de los cuales La Paz, Santa Cruz y Cochabamba continúan siendo las ciudades con más casos de violencia. Y víctimas invisibles de la violencia, porque no se tiene un dato concreto de cuántos huérfanos y huérfanas quedan sin protección.
La problemática de los feminicidios tiene datos más relevantes en México, donde 10 mujeres son asesinadas por día. Aunque la ley lo ordena, hasta la fecha no hay un registro público, ni una política federal de atención sistemática para garantizar su bienestar. Especialistas estiman que al menos 3.600 niños habrían quedado huérfanos en 2018 y más de 23.000 en la última década. Muchos de ellos no solo perdieron a sus madres a manos de sus padres o padrastros, sino que también fueron testigos del crimen. «Son las víctimas olvidadas de los feminicidios. Están en desamparo», según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
Y ¿cómo vamos por casa?, cuántos menores víctimas de esa violencia de pareja en nuestro país continúan peregrinando entre la familia ampliada de primer grado, o cuántos fueron a parar en hogares estatales. De cuántos de ellos su futuro seguirá siendo incierto, porque nadie reemplazará el amor o la atención de los progenitores.
En muchos casos, esas víctimas invisibles de la violencia no recibirán más que una, dos o tres terapias, en caso de que hayan sido testigos de la muerte de su madre. Pero muchos de los pequeños seguirán preguntándose por qué no regresa su mamá del trabajo, del viaje o del mercado. Y luego de unos años, vivirán con ese vacío, con orfandad en el alma, que no podrá ser resuelta con terapia.
En México los niños huérfanos son catalogados como “un problema de emergencia nacional y urgente”, por lo que se busca hacer un censo y diseñar políticas públicas para una atención integral —económica, psicosocial y educativa— desde una perspectiva de género. Para ello, mesas técnicas revisan los 32 Estados desde junio, para saber quiénes son las víctimas colaterales de los feminicidios perpetrados en 2019.
¿Y en Bolivia?, posiblemente cada gobierno local, municipal y central deberá hacer un registro, no solo de la cantidad de mujeres víctimas de feminicidios, sino un censo de las otras víctimas invisibles que feminicidios están dejando en el país. La Paz es el departamento con más casos, 17, seguido de Santa Cruz con 11, Cochabamba 8, Potosí 3, Beni 3, Tarija 1, mientras que, en Oruro, Chuquisaca, Beni y Pando no hay registro de los huérfanos, de acuerdo con los datos extendidos por la fiscalía.
Generalmente los menores huérfanos quedan al cuidado de los abuelos, que deben llevar el duelo y la crianza en una edad avanzada. Y muchas veces en un contexto de extrema pobreza. A esta realidad se suma que los abuelos podrían ya no continuar con el proceso judicial o, por su edad avanzada, no está garantizado que acompañen a los menores. Como ninguna instancia hace un seguimiento a esas víctimas invisibles de la violencia, ¿continúan su educación?, ¿reciben atenciones psicológicas?, ¿cómo es su alimentación?, ¿cuál es la relación con la familia del feminicida? Son muchas preguntas y definir un censo de los huérfanos del feminicidio será un reto para las actuales autoridades. Pero es urgente reducir la ola de violencia en las familias bolivianas.

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