Días de entrenamiento de Hank

Cuando Jimbo, contra su mejor criterio, adopta a Hank bajo su ala/pata, nunca da un paso atrás y somete a su aprendiz a formidables retos físicos y mentales. En opinión de Cera, el entrenamiento funciona en ambos sentidos: “Hank despierta en Jimbo algo que estuvo dormido largo tiempo”, señala. “Ellos se ayudan el uno al otro”.
Aun así, al iniciar su riguroso programa, Hank no es precisamente un aprendiz dotado. Resulta golpeado, aporreado, pulverizado y es bastante patético. “Sí, Hank es totalmente inútil al principio”, admite Cera. “Tiene gran ambición, pero no está calificado para un esquema tan exigente. Jimbo no le endulza las cosas y nada resulta fácil para Hank”.
El clásico montaje de adiestramiento, lleno de inventiva y humor, resalta el hecho de que Hank no tiene la estructura para ser un samurai. “Le faltan las dotes físicas que tienen los gatos, incluyendo agilidad y flexibilidad”, termina Cera.